CONCLUYEN JUEGOS PARALÍMPICOS

Tras 11 intensos días de competiciones, París se despidió de los Paralímpicos con una “fiesta” electrónica en el estadio de Francia, diciendo también adiós por todo lo alto a unas semanas de emociones deportivas que contagiaron al mundo entero. Bajo la lluvia, unas 60 000 personas entonaron en coro la Marsellesa, el himno francés, tras el inicio de la ceremonia de clausura de la cita paralímpica. Pese a que el icónico pebetero de París no pudo volar por última vez en los jardines de las Tullerías debido al mal tiempo, la fiesta no se detuvo.

La ceremonia de clausura comenzó bajo una persistente lluvia, pero eso no desanimó a los asistentes. Unas 60 000 personas se congregaron para entonar en coro la Marsellesa, el himno nacional francés, en un emotivo acto de unión y celebración. A pesar de las inclemencias del tiempo, la ceremonia prosiguió con una serie de actuaciones musicales y espectáculos visuales que hicieron vibrar al público.

Uno de los momentos más esperados de la ceremonia era el vuelo del icónico pebetero de los Paralímpicos, que normalmente se eleva sobre los jardines de las Tullerías como un símbolo de la finalización de los juegos. Sin embargo, el mal tiempo impidió que el pebetero realizara su último vuelo, pero esto no apagó el espíritu festivo del evento. En lugar de eso, el pebetero fue honrado de otra manera durante la ceremonia, destacando la resiliencia y el espíritu indomable que caracteriza a los atletas paralímpicos.

El evento concluyó con un gran espectáculo de fuegos artificiales y una última fiesta electrónica que hizo que todos los asistentes se sintieran parte de una celebración global. La ceremonia de clausura no solo marcó el final de los Juegos Paralímpicos en París, sino también la despedida de una serie de eventos deportivos que han celebrado la capacidad y el logro, y han inspirado a millones alrededor del mundo.