El 9 de marzo de 2025, el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH) emitió un boletín sobre la actividad eruptiva de tres de los volcanes más importantes de Guatemala: el Volcán de Fuego, el Volcán de Pacaya y el Complejo Volcánico Santa María-Santiaguito. Ante esta situación, la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) mantiene una observación continua para garantizar la seguridad de las comunidades cercanas.
El Volcán de Fuego, ubicado entre los departamentos de Sacatepéquez, Escuintla y Chimaltenango, ha reportado explosiones de intensidad variable, desde débiles hasta fuertes. Estas explosiones han generado columnas de gas grisáceo que alcanzan hasta 4,800 metros sobre el nivel del mar. El material incandescente ha sido expulsado hasta 300 metros sobre el cráter, y debido al viento, se espera caída de ceniza en varias comunidades cercanas, como Panimache I y II, Yepocapa y otras áreas. Se recomienda a los residentes seguir las indicaciones del boletín BEFGO-001-2025.
Por otro lado, el Volcán de Pacaya presenta una actividad más tranquila, con desgasificaciones débiles que liberan columnas de vapor y otros gases magmáticos. No se han reportado explosiones ni retumbos, y la actividad sigue siendo monitoreada por las autoridades. Sin embargo, las condiciones atmosféricas favorables permiten la visualización del cráter Mackenney, lo que facilita el seguimiento de su actividad.
Finalmente, el Complejo Volcánico Santa María-Santiaguito ha reportado entre 1 y 2 explosiones moderadas por hora, generando columnas de gases que se desplazan hacia el suroeste. Aunque no se ha registrado incandescencia, se espera caída de ceniza fina en áreas cercanas como La Tranquilidad y San Marcos Palajunoj. Existe la posibilidad de que el material acumulado en el volcán pueda colapsar, generando flujos piroclásticos hacia el suroeste, por lo que las autoridades han emitido recomendaciones a seguir en el boletín BESAN-002-2025.
El Volcán de Fuego ha sido históricamente uno de los más activos de Centroamérica, con erupciones devastadoras, como la ocurrida en junio de 2018, que dejó más de 300 muertos y miles de damnificados. Aunque la situación actual no es tan grave, las autoridades continúan monitoreando la actividad de estos volcanes para garantizar la seguridad de la población.